Lecornu inicia negociaciones para evitar otra crisis política en Francia
Francia
Francia vuelve a tener un Gobierno en funciones en un momento crítico para el país. Sébastien Lecornu, recién nombrado primer ministro, encara su primera misión: asegurar los apoyos parlamentarios necesarios para aprobar el presupuesto antes de formar un Ejecutivo estable. Mientras tanto, el país se prepara para una huelga nacional convocada por sindicatos para este jueves.
Lecornu ya ha anunciado medidas que buscan ganarse a los socialistas, aliados clave: elimina privilegios de ex primeros ministros y descarta suprimir dos días festivos, una propuesta polémica de su antecesor François Bayrou que había debilitado al Gobierno. Su estrategia combina pragmatismo y cercanía con los trabajadores, buscando mantener un estilo más parlamentario.
El presidente Emmanuel Macron observa de cerca los avances de su colaborador de confianza, consciente de que cualquier fracaso en las negociaciones recaería directamente sobre él. Tras los errores del pasado, especialmente la mala gestión de las relaciones con el Reagrupamiento Nacional, el mandatario apunta a socialistas y la derecha gaullista como piezas centrales de un acuerdo estable.
Socialistas y Los Republicanos, piezas clave del nuevo acuerdo parlamentario
Sin embargo, las diferencias son profundas: los socialistas exigen la suspensión de la reforma de pensiones, la creación de un impuesto a las grandes fortunas (tasa Zucman) y la reducción de los recortes previstos hasta 2029. Por su parte, Bruno Retailleau, líder de Los Republicanos, advierte que su partido puede ser “útil” pero no “sumiso”, rechazando políticas que favorezcan excesivamente a la izquierda.
El Gobierno de Macron enfrenta también la presión de los sectores empresariales y la ultraderecha, contrarios a medidas como la tasa Zucman, que consideran “confiscatoria” y perjudicial para la economía. Mientras tanto, la huelga de este jueves servirá como termómetro del descontento ciudadano, con riesgos de bloqueos en transporte y sanidad, y un mensaje claro al Ejecutivo.
El plazo para cerrar un acuerdo y formar un Gobierno completo se sitúa alrededor del 7 de octubre. Si no se logra, Macron podría optar por disolver la Asamblea Nacional, una carta que mantiene en reserva para presionar a socialistas y republicanos. Francia observa, otra vez, cómo se juega la estabilidad política entre concesiones y presiones.
Fuente: El País

