Venezuela

El Gobierno de Venezuela liberó este fin de semana a 13 de los más de 800 presos políticos que permanecen en las cárceles del país, en un movimiento interpretado como un gesto político en medio de la creciente tensión con Estados Unidos.

Los excarcelados fueron detenidos tras las protestas contra los resultados de las elecciones presidenciales del 29 de julio de 2023, en las que Nicolás Maduro obtuvo un nuevo mandato en unos comicios cuestionados por la oposición y desconocidos por buena parte de la comunidad internacional.

Entre los liberados figuran dirigentes políticos, legisladores y activistas sociales, como Américo De Grazia, exdiputado de Causa Radical; Rafael Ramírez, alcalde de Maracaibo desde 2021; Pedro Guanipa, legislador y hermano de Juan Pablo y Tomás Guanipa; y el activista ciudadano Gorka Carnevalli, reconocido por su labor comunitaria en El Hatillo, a las afueras de Caracas.

De los 13 prisioneros, algunos quedaron bajo libertad condicional y deberán presentarse periódicamente ante los tribunales, mientras que otros fueron enviados a arresto domiciliario. Según detalló Henrique Capriles, entre los primeros se encuentran Víctor Jurado, Simón Vargas, Arelis Ojeda, Mayra Castro, Diana Berríos y Margarita Assenzo. En prisión domiciliaria permanecerán Nabil Maalouf, Valentín Gutiérrez, Rafael Ramírez, Pedro Guanipa y David Barroso.

Capriles, excandidato presidencial y dos veces aspirante a Miraflores, celebró la medida como un avance parcial:

“Hoy varias familias vuelven a abrazar a los suyos. Sabemos que aún quedan muchos tras las rejas y no nos olvidamos de ellos. Seguiremos hablando con quien sea necesario para que en Venezuela no quede un solo preso político”, afirmó.

La liberación ocurre tras la excarcelación, el mes pasado, de otros 48 opositores y se interpreta como parte de las maniobras del chavismo para aliviar presiones internacionales. Washington, que mantiene sanciones sobre funcionarios venezolanos, no descarta acciones adicionales contra las redes criminales en la región.

La decisión también ofrece margen de maniobra a Capriles, cuya postura moderada frente al Gobierno ha sido duramente cuestionada en redes sociales por sectores radicales de la oposición, en contraste con las denuncias de fraude electoral impulsadas por María Corina Machado.

Entre las preocupaciones más destacadas estaba el estado de salud de Américo De Grazia, quien padecía problemas pulmonares agravados por su reclusión, según denunció el Comité por la Libertad de los Presos Políticos (Clippve). El exdiputado permaneció detenido un año antes de su liberación.

Con este movimiento, el Palacio de Miraflores busca proyectar cierta apertura política, aunque más de 800 opositores continúan en prisión, en un contexto de permanente cuestionamiento a la legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro.

Fuente: El País

Share.
Exit mobile version